Surgido en 2019 como Montaña Barrial, hoy ya es un espacio de encuentro, aprendizaje y disfrute que reúne a más de 170 personas de todas las edades, desde niños y niñas de 6, pasando por adolescentes y personas adultas que algunas superan los 70.
Cada sábado, este programa de la Subsecretaría de Deportes municipal, convierte las montañas en aulas al aire libre, promoviendo valores como el cuidado de la naturaleza, la inclusión, la integración y el acceso a experiencias que eran vistas como lejanas hasta antes de poder ser parte de esta política pública municipal.
De alumnos/as a docentes: el legado de la montaña
Un aspecto conmovedor a destacar de este proyecto es la historia de quienes hoy forman parte del plantel docente: la mayoría ya recibidos o cursando la última parte de la carrera de Educación Física de la Universidad Nacional de Comahue -Universidad pública-, con especialización en montaña. Cuando se empieza a revisar sus antecedentes, muchos o la mayoría accedieron a otra política del área de deportes, como es la Escuela Municipal de Montaña “Don Juan Bautista Barrientos”, espacio con muchos años de trayectoria, en donde se despertaron sus vocaciones, y que hoy regresan como guías, compartiendo con nuevas generaciones su amor por la naturaleza, y realimentando este círculo que no deja de dar vueltas.
Quienes forman este equipo son:
Juan Beltrán (coordinador)
Espacio 645: Alfonso Barrientos, Ornella Alberti, Emiliano Deipenau y Sofía Varela.
Espacio Malvinas: Fernando Morales, Macarena Sosa, Juan Francisco Descalzo y Micaela Leporace.
Grupo Adolescentes: Carla Montes y Facundo Nahuel
Grupo Cachañas (personas adultas): Fernando Campos y Nicolás Castro.
Cabe mencionar que dentro de Deportes se trabaja de manera interinstitucional generando apoyo de otras áreas en caso de ser necesario. Así fue la participación de Alen Espíndola, de Eventos, quien se sumó a la salida a Isla Victoria (15 al 17 de noviembre) y quien realizó el registro audiovisual de hermosos momentos vividos.
Una experiencia inclusiva
Lo que comenzó con pequeños grupos en los barrios Malvinas y Pilar ha evolucionado hacia una propuesta integradora. Niños, niñas, adolescentes y personas adultas participan en salidas que varían en intensidad según las edades, pero todas comparten el mismo espíritu: disfrutar de la montaña como un derecho y una oportunidad.
El programa no solo implica salidas semanales; también organiza dos campamentos anuales que se convierten en momentos inolvidables. Este año, la experiencia en Isla Victoria fue mágica: caminatas, noches bajo la luna llena, arcoíris tras la lluvia del primer día y fogones que unieron generaciones en un mismo latido. Para muchos fue su primer campamento, una vivencia que quedará grabada en su memoria como el inicio tal vez de algo más grande.
La montaña como un punto de encuentro
El impacto de este programa trasciende las actividades recreativas. Es un espacio de inclusión donde se crean vínculos y se fomenta la autoconfianza, la resiliencia y el trabajo en equipo. A través de las salidas, los y las participantes no solo aprenden a amar la naturaleza, sino también a respetarse mutuamente y a superar desafíos juntos.
La Actividad Recreativa de Montaña no solo conecta a las personas con el entorno natural, sino también con su comunidad, fortaleciendo el tejido social y abriendo puertas para nuevas vocaciones y vivencias.
Porque en Bariloche, la montaña no sólo es paisaje: es escuela, es hogar y es futuro.
