Este día de conmemoración fue declarado en 1994 por la Asamblea General de Las Naciones Unidas, mediante la resolución 49/214.
La fecha nos invita a reflexionar sobre la riqueza cultural, la historia y los derechos de pueblos originarios, que han habitado nuestras tierras desde tiempos inmemorables.
En un mundo donde la diversidad debería ser celebrada, aún enfrentamos el desafío de reconocer y valorar plenamente a aquellas comunidades que han sido sistemáticamente marginadas y silenciadas.
En esta jornada no solo se conmemora la resistencia y la lucha de los pueblos indígenas por su identidad, cultura y territorio, sino que también nos recuerda la importancia de la justicia social.
A lo largo de la historia, estos pueblos han sido despojados de sus tierras, recursos y derechos fundamentales. Sin embargo, su legado perdura en cada rincón de nuestras sociedades, enriqueciendo nuestra identidad colectiva.
Es fundamental escuchar sus voces, son portadores de conocimientos, de saberes ancestrales y la conexión profunda con la tierra. La lucha por sus derechos territoriales, el acceso a servicios básicos y el reconocimiento a su autonomía, la consulta previa libre e informada son temas que deberían estar en el centro del debate político.
Es crucial que se implementen efectivamente y se garantice el acceso real a estos derechos consagrados. Y es un llamado a cuestionar las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad y abogar por un futuro donde se respeten los derechos.
Desde el equipo de Interculturalidad rendimos homenaje a sus luchas pasadas y presentes. Que este día nos inspire a seguir aprendiendo, escuchando y apoyando a quienes han sido guardianes de nuestras culturas por generaciones.
Columna: Área de Interculturalidad – Dirección de Promoción Social